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Crisis hemorroidal


Hola amora de mi vida, ¿cómo estás? Bueno acá estoy, te mando este audio porque seguimos en cuarentena. Vos sabés que hoy al mediodía veo las noticias y sale una mendocina, Ethel se llama, de Maipú ella; estudia relaciones públicas, protocolo y ceremonial o algo así en una privada y ella se ve que se descargó TikTok e hizo una imitación de María Elena Fuseneco, el personaje encarnado por Érica Rivas en la tira, en la franquicia (digamos las cosas como son, porque es una franquicia), en la franquicia llamada “Casados con Hijos”, emitida en una época de la Argentina, época de la que nadie parece acordarse muy bien, y bueno, se ve que para la gente “Casados con hijos” es como un hallazgo propio de la compañía del mismísimo William Shakespeare

Yo creo que está muy mal estimado este evento, esta cuestión de la tira–franquicia esta, “Casados con Hijos”, argentina, con el señor Guillermo Francella, Florencia Peña y los hermanitos Lopilato y la demás gente que hizo esto. Yo creo que esto está muy mal pensado, mal reflexionado.


Sí, mal.

Mal, mal. No es que “…dentro de las posibilidades que la reflexión habilita, yo considero...

No. Nononono “… yo propongo, yo opino…” No. Nada.


¿A qué me refiero? Bueno, mucho revuelo porque Érica Rivas es feminista y vegana y no se siente cómoda con lo que se le requiere como actriz a quien vaya a encarnar al personaje de María Elena Fuseneco. A mí me parece muy interesante por un lado la figura de Francella y por otro lado el concepto que movía "Casados con hijos" ¿viste? Es muy interesante de analizar porque nos ayuda a ver que eso sucedía, digamos a mediados del 2000, si no me equivoco, y bueno ahí teníamos toda una cuestión nada elaborada del machismo-feminismo, integración, gordofobia, homofobia, misoginia… Pensamientofobia, porque la verdad que hay un miedo al pensamiento en los productos que propone Francella siempre. Siempre. Y parece que fuera como que Francella lo hizo por casualidad, como sin querer; pero cuando uno observa el multiverso de Francella ve que siempre fue misógino, gordófobo, homófobo, machista y siempre mirándole el culo o las tetas a una chica más chica que él. Siempre, en lo posible una mujer objeto que alimente las fantasías de la bebotuda o de la menor de edad, sino es el de la vieja, bruja fiera, ridícula y aburrida que era su esposa o alguna solterona ninfómana siempre en celo que lo deseaba… una cosa terrible; y siempre signado por ese abuso y superioridad poderosa que da el machismo. Entonces no, no, no “no, no porque ¿viste “El secreto de sus ojos”? ¿Viste que actúa bien? Es re buen actor Francella”.

Yo siempre pienso: un médico que nunca acierta, que confunde gripe con meningitis y no distingue la ubicación de la oreja o un pie; porque un día mira y ve que alguien tiene pie de atleta y dice “es pie de atleta, tenés hongos en los pies…” ¿Es buen médico? ¿Eso lo hace buen médico? Porque yo creo que no. Otro ejemplo: supongamos que yo voy en un auto con una persona que es obstetra, alguien capaz de recibir un parto, de traer una persona a este mundo, porque le tocó nacer acá en la Tierra, pobre. La cosa es que hay un accidente de tránsito y el obstetra que tenía yo al lado queda atrapado en el auto y yo no. Yo ¡Indemne! Y a su vez una de las accidentadas es una mujer embarazada a punto de parir, y una que está ahí, toda intacta Reina Ilesa del Accidente tiene que ayudar. La mujer empieza el trabajo de parto. Yo imagínate, toda titubeante, quiero ayudar pero no sé bien qué hacer… ¿hiervo unas toallas?… La mujer va a dar a luz en plena calle y la única que puede hacer algo soy yo, pero yo no soy obstetra ni médica ni enfermera ni técnica ni nada parecido a lo que hace a la medicina, ¡(¡lejanía total de los galenos!)! Entonces el obstetra me da un montón de indicaciones para que yo reciba al bebé y acompañe el parto: “Tranquilas, ayudala a que esté cómoda porque ya viene ese bebé, llama al 911 y explicá la situación, esto es urgente… que respire dos veces y a la tercera que haga fuerza…”, “eso que ves es el cabello del bebé, es la mollera, tené lista una tela, toalla, buzo o algo para recibir el bebé cuando haya salido…” No sé, esas cosas... y yo, espléndida, sigo las indicaciones a pie juntillas y logro resolver y acompañar el parto y todas terminamos sanas y salvas, y el bebé, que es diverso desde ya, nace divina y la mamá está perfecta y todo es felicidad y todo es belleza y todo está bien y le ponen mi nombre a la beba en honor a mí...

¿Está bien que le pongan mi nombre? Yo no sé, yo no sé, yo no sé… ¿Por qué? Porque eso ¿a mí me hace obstetra? ¿Me hace especialista en nacimientos de bebés? ¿O me hace alguien que supo seguir muy fielmente las indicaciones de un especialista?... Porque entonces ahí mismo me tienen que dar el título Honoris Causa a médica de la vida… y no.

Por ejemplo, la figura de Francella en “El secreto de sus ojos” está muy bien dirigida y muy bien editada. Porque él es una máquina de robar cámara (mal robada), él no es un deleite, es ordinario, chabacano, con poca inventiva, escasa originalidad, pocos recursos. Siempre lo mismo: ¿Qué no?, “Bañeros”, “Los extermineitors”, “De carne somos”, “La Familia Venvenutto”, “Hoy por ti mañana por mí”, “Naranja y media”, “Brigada Cola”, “Un argentino en Nueva York”, “Papá se volvió loco”, “Poné a Francella”… ah pero “El Secreto de sus ojos” lo exonera totalmente de todo. Como ahí lo afeitaron, le cambiaron el peinado y le pusieron lentes y no se ve tan parecido a Francella la gente piensa que eso es ser buen actor. Increíble pero cierto. Tan buena estuvo esa película que hasta se pensó no solo que Francella era buen actor sino que Campanella no era de derecha; mirá qué interesante cómo cada una deposita lo que quiere y lo que puede en las figuras artísticas.

Lo que yo te quiero decir es que Francella no me parece un buen actor y “Casados con hijos” no me parece un buen producto y que Érica Rivas me parece una mujer muy interesante y una actriz muy copada en el sentido que mirando “Casados con hijos” podemos ver que Francella actúa para aquellos que les da risa reírse de las gordas, de las viejas y de las mujeres especialmente; es un tema con lo femenino lo que tiene. Yo creo que Érica Rivas supo hacer su trabajo en “Casados con hijos” para las personas que no nos cae muy bien Francella. Ella se las supo ingeniar actoralmente, ella sí hizo gala de recursos estéticos e interpretativos prestándose a esa propuesta que es “Casados con hijos”, con todas las cualidades estéticas ligadas a la industria, es decir: a generar guita. Ella, no obstante, a mí me parece que nunca se sintió muy cómoda con la figura de Francella como compañero de trabajo o lo que fuere, más allá que el tipo sepa o no sepa, haga o no haga, guste o no guste. Me parece que ella supo conducir como un desquite de las personas que no nos gusta Francella, y realmente “Casados con hijos” levantaba y era algo gracias a ella, porque era la única variación, el único aporte, el único descubrimiento, la única revelación, la única novedad que aportaba a esa dupla de Peña + Francella, Marcelo de Bellis y los hermanitos Lopilato, que ¿cuál peor? Es increíble que Luisiana Lopilato insista en no cuestionar su rol en “Casados con hijos” siendo que ella es una mujer víctima de violencia de género. ¡Pobre chabona! Se ve que se cae y come pasto la pobre. Qué lástima. Qué lástima.

Pero, más allá de que esto es un producto de la industria del entretenimiento, es un producto y genera guita, y está buenísimo que la gente encuentre el modo de hacer plata y dentro de todo viva de eso y la verdad es que no está saliendo a matar o robar.


 

Es muy interesante la aparición de esta chica Ethel de acá de Maipú que hizo el video de TikTok. En una nota del diario Los Andes ella dice, resumo porque no lo decía así exactamente, que se siente muy identificada con el personaje de María Elena y que la gente le decía que era muy parecida a María Elena y que reaccionaba como María Elena (no sé qué tiene de virtuoso eso) y que algunas personas le pidieron que hiciera un video no con playback sino con su voz, lo cual a ella misma no le cerró. Y claro que no le va a cerrar ni a ella ni a nadie, si no es actriz y qué bueno que lo admita porque no es lo mismo catarsis que interpretación.

Interesante hubiera sido leer qué postura tiene Ethel respecto al rol de la mujer en la ficción esa de “Casados con hijos”, qué opina del pensamiento y accionar feminista, si conoce la formación y trayectoria de Érica Rivas, cómo piensa la relación del artista con su obra, si consume espectáculos locales y cuales son (teatro, danza, música, títeres, acrobacias, cine, poesía, largo etc.), si conoce actrices mendocinas y cuáles son las que tiene presente en este momento, si conoce dramaturgas, vestuaristas, escenógrafas, directoras, titiriteras, músicas, cineastas, escultoras o diseñadoras mendocinas, si está al tanto de la incidencia del veganismo, el feminismo, el machismo en el teatro local. Tal vez hubiese sido una nota más interesante de leer que el "hagamos de cuenta la fama".

Lo que es un bajón es que haya tan escasa reflexión sobre la actividad actoral ¿ejemplo?: la siempre lamentable (digo siempre porque me refiero a todas sus emisiones, no solo a la última de este año) Fiesta Nacional de la Vendimia. A mí me pareció el sumun del deterioro, la ruina total, la muerte tal vez definitiva de la esperanza cuando vi salir en desfile a actores y actrices haciendo de sifón de soda y tetrabrik con un agujero en el disfraz que permitía ver y distinguir sus rostros.

¿Te acordás cuando abrieron los hipermercados en Mendoza? Carrefour, Makro, y esos… ¿sí? Me acuerdo que se rumoreó mucho (si pasó o no pasó, para el caso de lo que te quiero decir es lo que menos importa) que al personal de la línea de cajas se les ponía unos pañales para que hicieran sus necesidades mientras trabajaban, al menos el pis, no sé la caca por el olor; pero bueno. Y el debate: “Que sí, pero no, que bien pero que mal, bueno es cajera pero son las leyes de la empresa, pero no aceptan sindicatos porque son capitalistas porque son de Estados Unidos, pero que bien que en 15 días montaron un Carrefour ¿viste? En 15 días se hizo Carrefour, el edificio ¡ay! ¿Y qué quiere decir el nombre qué significado tiene, de dónde son los dueños? ¿En qué idioma está escrito, qué quiere decir? ¿Es francés o inglés? ¿Son canadienses? ¿¡¡Es intraducible!?! Viste todos los productos que tienen importados, hay precios bajos hay variedad hay cantidad…” Tanto era que yo dije: ¡Pero mira vos! A los alquimistas: ¡Dejen de buscar! Se encontró la Panacea, la Piedra Filosofal y el Elixir de la Larga Vida ¿qué más quieren? ¡Está en Carrefour! Todo es cuestión de: Carrefour, Carrefour, Carrefour, Carrefour. Y así los noventa. Entonces, que a los trabajadores de hipermercados les hicieran usar pañales y mearse encima me pareció un evento totalmente horrible y pensé que, fuera verdad o no, sería horrible tener un trabajo en el cual me hicieran usar un pañal y hacer mis necesidades ahí. Es poco humano. Es deshumanizante.

Es decir, está bueno cuestionar algunas cosas que se le pide a una como empleada ¿no?, y como Vendimia es un producto del Estado una pasa a ser una empleada pública, un mes y medio casi, en el que tenés derecho a sentirte una especie de Flora o Fernández… pero no, yo creo que se autoperciben más bien Naboletti, la mayoría Nabolettis por un rato, ¿viste? Si en el resto del año vos no trabajas en una dependencia del Estado podés darte el lujo de sentirte y comportarte como Naboletti.





Naboletti, personaje encarnado por el actor y comediante Juan Acosta, confeso homófobo y macrista. Naboletti es una prosopopeya de la burocracia e inutilidad de las dependencias el Estado y todo lo que las habita.

Juan Acosta, actor e infame







Viste que se les cayó una grúa en la cabeza y la gente sigue haciendo Vendimia como si nada y sigue pensando que porque ahora no hay grúas todo está bien. Y las sorpresas en el cielo que nos prometió la Vilma cuando pegó la Vendimia esa de la “Constelación del vino” (2018) nunca ocurrieron, porque nunca iba a ocurrir que alguien pusiera plata o voluntad política para algo de Cultura o para una idea creativa de una esteta o de alguien que trabaje y piense lenguajes espectaculares. Ella quería poner un montón de drones como que eran las estrellas en el firmamento para que se acercaran en masa a los espectadores que boquiabiertos vivirían el orgasmo de lo sublime y que iba a ser visualmente maravilloso, hubiera sido de verdad innovador, hubiera justificado lo de “constelación del vino”… Pero yo acá sigo esperando esa lluvia de drones más que la lluvia de inversiones y ninguna de las dos cosas sucedieron ni van a suceder. Y a pesar de la ininterrumpida precarización laboral del artista vendimial se escucharon voces y se leyeron estados que aseguraban: “Hemos sanado la Vendimia”. ¿Qué habrán querido decir? Alguien que me explique par favaaar.

Vilma E. Rúpolo y Arístides Vargas, felices, sonríen.

Vendimia 2018, “Constelación del vino” escrita por el actor, dramaturgo, director, Dr. Honoris Causa (FAD, UNCuyo) Arístides Vargas, exponente del realismo mágico latinoamericano y dirigida por la Bailarina, coreógrafa, Maestra, intérprete, madre,abuela, insistente, actual, luchadora, irrefrenable,contradictoria, siempre adecuada, mal discutida, invulnerable a la crítica, siempre respetada y también sagaz propulsora de la Carrera de Danza en la UNCuyo( obvio, “perdida” y cajoneada en los abismos de las inconvenientes conveniencias de turno)


Vilma Emilia Rúpolo, también directora de Vendimias Nacionales; 2001 “Brindis del nuevo siglo” autoras S. Balmaceda y A. Fajardo (Vendimia con inolvidables títeres gigantes siempre imitados más nunca igualados). 2010 “Cantos de vino y libertad” autor A. Vargas (Vendimia del Bicentenario con claras referencias a Confessions tour, Madonna, Londres, 2008). 2013 “Teatro mágico de piedra y vino” autor A. Vargas(el actor protagónico salvaría su vida, por un pelo, ante la caída de una grúa durante un ensayo, en 2017). 2018 “Constelación del vino” (Vendimia post gruazo que contó con la participación de víctimas ¿amnésicas? del año anterior y sin sorpresas en el cielo).


Entonces, bueno, escucha esto porque si no lo viste no lo vas a poder creer: salieron de tetrabrik y de sifón de soda: angustia sistemática, sin límites ni consuelo en cuanto a lo que son los lenguajes estéticos en Mendoza.


Invulnerable. Lo último que dió en vivo la escena local (legitimada por el Estado) como preludio a la extinción. Esto de acá pasó hace unos pocos meses.

Innovación total .Sifones de soda de colores y tetrabriks demasiado marrones en lugar de privilegio. Esto pasó al son de la murga estilo uruguayo El Remolino, en el penúltimo cuadro (cuadro que “tradicionalmente” ocupa el malambo folclórico). Igual al final hubo partecitas con algo de malambo. ¿Estamos ante una redefinición de lo que se entiende por innovación, o ante un delirio costumbristoide?



Impactadísima

Así habrían quedado los nervios ópticos de la Baronesa Bizcontti después de haber visto lo que vió.

El impacto visual le habría generado una maculopatía pasajera.







En Vendimia no hubo ninguna objeción que yo sepa. Habría habido algún revuelo inevitable al respecto, ¿no? si alguien decía algo sobre hacer el ridículo, siempre saltan los señorismos del cerebro de reptil menduco. Pregunté a algunas pocas personas que participaron en Vendimia, pero más allá de algunas historias de Instagram o hasta alguna foto en sus muros respectivos vestidos de, sonriendo y diciendo: “Haciendo mi trabjoja-je -ji –jo- ju” no supe de ninguna objeción estética. Yo creo que cabe a la dirección de actores, a la dirección general, a la coreografía o a quién escribió el libreto al menos comentarle que no da tanto ridículo, que eso raya la humillación, que eso es violento para con el oficio y la profesión. Pero no. Todos con su mejor cara de “… y qué le voy a hacer…” ¿Quién es responsable? ¿Quién es responsable de esa decisión estética? Porque nunca hay responsables, siempre hay Staff, hay orgullo, hay probanzas y hay prometidas novedades escenotécnicas sin precedentes que nunca se cumplen, pero nunca hay responsables en la Fiesta Nacional de la Vendimia, salvo los actores y las actrices, como siempre, (¿cuándo no?) usadxs como chivo expiatorio, tacho de basura y escupidera de todo lo que está mal: “Por culpa de los actores que reclaman plata por no trabajar, que son comunistas-kirchneristas-anarco- hippies, que incumplen el contrato, que son unos pata sucia que viven drogados y llegan borrachos”, todo lo cual también, mal de males, es cierto. Se da en muchos casos en las Vendimias que la gente va así; o no se lava los pies o va muy drogada o demasiado borracha a trabajar. Pero[1] lo de comunistas-kirchneristas-anarco-hippies es demasiado. No se caracteriza la escena local por un pensamiento político claro, menos partidario. No hay mucha alfabetización política en el gremio… No acuso ni señalo. Sucede y todas lo sabemos aunque queramos hacer de cuenta que no, como cuando quisieron hacer de cuenta que salir de tetrabrik en el 2020 no es algo que estaba bueno cuestionar desde el punto de vista estético. Viste que te dicen “Yo Vendimia la hago pero sé que no resiste un análisis, no es un hecho artístico, no es un hecho estético, no es un género más allá de lo que diga la crítica especializada. Yo lo hago por la plata.” ¿Por cuál plata? ¿La que no te pagan todavía? ¿O la que te pagaron tan fuera de término que el cheque viene en australes?



Ministerio de Turismo o de Turismo y Cultura, o Secretaría, o Subsecretaria de Cultura o tal vez volvió a ser Ministerio de Cultura (no, no, eso no creo), o a lo mejor sea Subsecretaría de Turismo y Cultura, ya no se entiende bien qué vendría a ser. Un banco fue, eso seguro. La cosa es que PACSEM pasó al olvido más arterioesclerótico de la Sra. Mendoza.


Izquierda una de las escasas reacciones de trabajadores de la Fiesta Nacional de la Vendimia 2017. Protesta durante el saludo final. Una mano señala el lugar donde se ubicó la grúa que se desplomaría, la otra mano cubre sus bocas, señalando el silencio forzado sobre las implicancias del accidente. La caída de la grúa naufraga hace tiempo en las cómodas aguas del olvido.

La Vendimia es una institución legitimada, por ello podemos analizarla para hablar de una realidad estético-cultural que revela una verdad sociopolítica, cultural y estatal que es: No existe una política cultural en Mendoza. Se escucha a veces: ¡La Vendimia es inanalizable y no es teatro!, peeroooo: ¡Ah, ¿estás en el staff?! ¿Viste quién dirige? ¡Ay! ¿Quién la escribió?, ¡Ay! ¿Viste quién quedó de primera actriz? ¡Ay! ¿A quiénes pusieron en el escenario uno? Estos asuntos ¿en qué aportan a la Mendoza con disforia identitaria en que vivimos? Quién quedó o quién no quedó, quién está primero o quién está al final, quién sale de figurante y quién renuncia, quién sonríe, quién se queja, quién obedece, quién aporta y quién sigue invulnerable al ridículo son miradas miopes, mirando así no se distingue lo que Vendimia refleja.

Está bueno asumir que Vendimia es un trabajo de mierda que nunca va a mejorar. Yo opino eso. Yo no opino que “la podemos cambiar desde adentro, que en el futuro con el avance de la tecnología y las nuevas capacitaciones, con las nuevas camadas de intérpretes y etc…” Mirá: No. No, no, no porque está demostrado que no son capaces de decir “Oíme, yo no estudio para ser ni hacer esto. Dentro del abanico de posibilidades y criterios estéticos que han dado 4000 años de teatro ¿vamos a actuar como salidos de la mente de alguien intoxicado con goma eva?” ¿Tan cotillonezco tiene que ser? ¿Nadie podía discutir al menos eso? No te digo la obligatoriedad de algunos cuadros random en el libreto pero por lo menos ese descrédito de sifones y tetrabriks. Inentendible y vergonzoso. Delirio costumbrisquistoide.

Y así es, corazona mía de mi vida, que lo costumbristoide [2] se hace presente. Como la roca de Sísifo.

Al momento de resolver y pensar criterios estéticos en Mendoza y Vendimia, mal que me pese, se ha consolidado una estética. Una estética bastarda. Es una estética, pero es bastarda.

Una estética bastarda. Es una estética, pero es bastarda. Reconocerla implica superarla.

No creo que Vendimia pueda pensarse como un género aparte, un género mendocino, porque eso sería ponerla a la altura de la comedia y la tragedia, el drama, el sainete o el realismo, el absurdo o el existencialismo. ¿Entendés? A la misma altura. Y no. Vendimia es una bajeza estética. Consolida el ridículo estético con su costumbrisquismo y el ridículo laboral porque ¿pagan?

No es algo que no se sepa o no se vea venir. La Vendimia tiene más de 80 años, hace más de 80 años que no pagan a tiempo ni como es debido, eso cuando pagan: nadie recuerda Vendimia 2011. #losrostrosdelavendimianotdead. Hacer Vendimia se piensa y se percibe como una especie de mérito ¡¡Felizzz!! ¡¡Orgushosaah, trabajo de lo que amo y amo mi trabajo. ¡Qué santas! No es un trabajo chicas, es una estafa.

Segunda noche. Artistas minutos antes de ser apedreados e invitados al linchamiento público a la salida del teatro griego durante los desmanes acaecidos en marzo de 2011. Los agresores se autoproclamaron como “mendocinos de pura cepa”.


Abajo Walter Neira. Vendimia 2011, “Los rostros de Vendimia” escrita por M. Armentano, dirigida por el letológico director y puestista Walter Neira, quien supo defender los intereses del patrón de turno por sobre el de sus compañerxs.


 

Volviendo a la Sra. del TikTok, Los Andes pregunta si le gustaría que la convocaran a participar de la obra teatral “Casados con hijos” a estrenarse en el 2021 y ella responde que sí, y que por respeto ella estudiaría teatro, porque reconoce que no es actriz. Ponéle que la convoquen, que quede en la obra y que por respeto estudie ¿En un año un lenguaje estético que tiene más de 4000 años puede ser aprendido? ¿Por qué la gente cree que basta con subirse a un escenario para ya ser actor? ¡Deséalo, suéñalo y ya estresha! Si esto va seguir así, entonces a mi nombrenme Consulesa, Embajadora o Diplomática de algo. Si esta Sra. estudia Relaciones institucionales pero nunca nada de actuación y por usar una aplicación para hacer imitaciones y hacer una imitación ya puede ser actriz, el diagnóstico es gravísimo. Se ha consolidado la rimolización de la cultura, la rimolización del teatro. ¿Te harías atender por la Doctora Gieselle Rímolo [3]? La que era esposa de Silvio Soldán, la que denunció Silvia Suller (sí, a ese nivel de cosas). Entonces, ¿Por qué admitir que la actuación es para quien se autoperciba artista y listo? ¿Por qué no discutir si con creerse actriz alcanza y sobra? ¿Por qué no cuestionar la idea de que actuar te nace y te sale solo, “se siente”, como si no fuese un lenguaje serio y antiguo, difícil de aprender y enseñar, que se estudia, se practica, se mejora y está vivo?

Izquierda, Mónica María Cristina Rímolo. Pareja de Silvio Soldán. Denunciada por Silvia Suller. La “Doctora Giselle Rímolo” posa con sus flores de adorno, más reales que sus títulos y credenciales.

Se presentaba (posta) como nutricionista, homeópata, psicóloga y especialista en terapias alternativas. Hubo gente que le creyó. La Justicia determinó que se carga un muerto. Silvia Suller aseguraría que son varios más.




Impostora Giselle Rímolo en plena consulta. Su nombre artístico devendría en un tristemente célebre delictivo alias.



Entonces yo agarro un palo y dirijo a algún recién levantado que haga ruido y ya soy directora de orquesta y también compositora y música, obvio. Y exijo y demando que se me reconozca como música aunque no distinga un sonido de un ruido. Una corchea de un atril. Pero me siento música y de eso se trata. Díganmelo, digan que soy artista denme trabajo de música y hagamos de cuenta que el infierno no son los demás.

Paren un poco. No es todo lo mismo. Esta rimolización se explica a la luz de instituciones como Vendimia y otros espacios de formación tan legitimados como parasitados, tan marketineros como mentirosos. La reflexión y el pensamiento crítico están en el closet, temerosos de hacerse oír, de dejarse ver. Fieles a un Santo Temor a las Vacas Sagradas de la farandulezca cultura local.

Yo miro a mi alrededor y ¡No estoy en un tambo de la India!

¿Más desvinculado de lo posible y lo coherente se puede estar?

Sí. Esperate a la próxima Vendimia.

Fijate en el libreto. Fijate en la dirección. Fijate en la estética.

Ahí vas a tener un nuevo don-maldición.

Pensaste que no se podía superar. Y sí. Se puede superar.

Es peor que una película de Lars Von Trier o una de Gaspar Noé,

Siempre puede ser más morboso y asqueroso de ver.

Lástima que no es interesante,

Ni un logro

Ni un aporte como las películas de Lars Von Trier.

Ni un acierto como lo que hace Gaspar Noé .


Lo que no se discute son las posibilidades estéticas de Vendimia. Son indiscutibles. No existen. Lo que no se asume es la disforia identitaria de Mendoza ni su síntoma: la Fiesta de la Vendimia. Lo que no se valora es la mirada conceptual y política de la mujer que plantea una actriz, Érica Rivas. Lo que no se aprecia es lo que aporta el teatro local a la Mendoza real. Como cuando se le dice anfiteatro griego al Teatro griego. Como cuando se habla de escena realista en Acto Central. Como cuando se le dice Reina a una mujer más o menos bonita para que sea Embajadora Cultural. No se sabe bien por qué. Irracional. Irracional. "Hay más orden y cordura en una película de Buñuel."


por la Baronesa Bizcontti

 

[1] La Baronesa Bizcontti cita libremente epítetos con el que (muy a su pesar) propios y ajenos, pueblo y autoridades de Mendoza se han referido SIEMPRE a lxs artistxs, específicamente a actrices y actores de Mza.

[2] Costumbristoide: neologismo creado por la Baronesa Bizcontti que alude al desacierto estético al momento de retratar una presunta cotidianeidad o realidad identitaria local.

[3] Rimolización: término acuñado por la Baronesa Bizcontti para referirse a falaces prácticas estéticas, y a la precarización de los lenguajes estéticos y quien intente practicarlos. En especial si tiene formación al respecto.


Referencias:


NABOLETTI:


VILMA E. RÚPOLO/ ARISTIDES VARGAS:


GISELLE RÍMOLO:


PROTESTA TRABAJADORES VENDIMIA 2017 (GRUAZO) :


VENDIMIA 2020:


FRASE FINAL

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